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¿Qué podemos hacer para conservar los senderos?

Es fácil dar por sentado que los senderos por los que montamos siempre estuvieron ahí. En muchos casos, casi ni nos fijamos en ellos. Pero de vez en cuando, cuando sales a rodar te habrás encontrado a un grupo de personas trabajando para que los senderos sean lo más seguros y divertidos posible.

Los buenos senderos no surgen de la nada. Construirlos y mantenerlos exige mucha planificación y mano de obra. Los artífices de esos senderos son los héroes anónimos que hacen realidad los recorridos de este deporte que tanto nos apasiona. Sin senderos, nos tendríamos que limitar a descender por pistas de tierra o bosques densos rodeados de animales.

¿Qué podemos hacer para facilitar la labor de los encargados de construir los senderos? Christina Chappetta @Cchappetta1, nuestra experta en mountain bike, ha hablado con algunos de ellos por todo el mundo para saber cómo podemos facilitar su trabajo.

Lo bueno y lo malo

A pesar de que las opiniones pueden variar mucho a la hora de saber lo que no debemos hacer en los senderos, hay algunos elementos comunes en los que todos coinciden. Si entre todos hacemos el esfuerzo de no hacer estas cosas, los encargados de construir los senderos nos lo agradecerán.

1. Senderos cerrados

Todos sabemos que está prohibido rodar por senderos cerrados, pero también hay muchos ciclistas que no hacen caso. Los senderos pueden estar cerrados por varios motivos: la caída de un árbol, trabajos de limpieza, presencia de maquinaria pesada, el barro o cualquier otra circunstancia imprevista. Bajar por un sendero cerrado, además de ser una falta de respeto, también puede ser muy peligroso.

Además de evitar los senderos cerrados, fíjate en otras señales que pueden ser muy útiles, como el sentido de la marcha. No desciendas por los senderos que son de subida ni subas por los de bajada.

2. Basura

Una de las mejores cosas que tiene el ciclismo de montaña es que nos permite pasar mucho tiempo rodeados de naturaleza y lo mejor que podemos hacer es cuidar de ella. No arrojes basura a los senderos y llévate toda la basura que generes. Siempre es recomendable dejar el sendero en mejores condiciones que las que te lo encontraste. Si encuentras basura, recógela. Estarás poniendo algo de tu parte para cuidar de la naturaleza.

3. Los derrapes

Los derrapes hay que evitarlos en la medida de lo posible. Estos pueden alterar las bermas y desplazar la tierra de los senderos. Con el paso del tiempo, el terreno se puede erosionar formándose baches y provocando problemas de drenaje que son difíciles de reparar.

En vez de derrapar en todas las curvas, intenta modular la frenada cuando llegue el momento. De esta forma, reducimos la erosión de los senderos y, al mismo tiempo, mejorarás tu técnica. Aquí podrás aprender más sobre la modulación de la frenada.

4. Rodar en línea recta y trenzar senderos

Cuando planifican el trazado de un sendero nuevo, los encargados de hacerlo solo buscan lo mejor para nosotros. Diseñar un sendero requiere mucho trabajo y lo habitual es que los encargados de construirlo hagan todo lo que esté en su mano por que sea lo más divertido posible y por eliminar los obstáculos que menos gustan a los ciclistas, o incluso trabajar con el terreno para causar el menor impacto en la zona.

Cuando rodamos en línea recta, evitando girar en las curvas diseñadas para dicho propósito, o trenzamos los senderos cambiando el sentido de la dirección, alteramos el drenaje y erosionamos un tramo del terreno que ha sido trazado para ralentizar o preparar el siguiente obstáculo.

5. Modificar el sendero

No adaptes ni cambies las características del sendero para adecuarlo a tu gusto. No solo es una falta de respeto hacia los que los construyen, sino que también puede ser peligroso para los demás ciclistas. No modifiques el terreno si no tienes la suficiente técnica para superar algunos obstáculos; márcatelo como un reto a superar. Resumiendo, no construyas saltos en los sitios donde no los había. Lo mejor es buscar un sendero que tenga las características que a ti te gustan.

6. El barro

El barro es un asunto delicado, ya que varía en función del terreno. Si los senderos de tu zona aguantan bien la humedad y tienen un sistema de drenaje adecuado, o si hay senderos concretos con muchas rocas que drenan bien el agua, adelante. Sin embargo, si la tierra es arcillosa, es muy probable que se vuelva muy pegajosa cuando se moje y dura como el hormigón armado cuando salga el sol. Es importante conocer cómo afecta el agua a los senderos de tu localidad y evitar las zonas donde se pueden crear surcos y zanjas en el barro.

Además, si vives en un sitio donde se practica mucho el ciclismo durante el invierno, es importante prestar atención a los ciclos de congelación y descongelación. Durante el invierno, se producen muchos daños cuando la tierra se expande y contrae en función de la cantidad de agua que hay en la misma. Esto significa que cuando un sendero se congela completamente, la tierra se expande mucho más que en verano y, cuando la temperatura sube, el agua que hay en la tierra se descongela y se convierte en barro. A corto plazo, esto provoca la aparición de surcos en el barro cuando la tierra se descongela y, a largo plazo, la tierra queda suelta y puede provocar que el sendero se degrade prematuramente.

7. No respetar el entorno

Las faltas de respeto se pueden demostrar de formas diferentes. Según Vance McCaw, de Trek Trails, una de ellas es hacer sugerencias a gritos cuando alguien está trabajando en los senderos, así como aparcar fuera de la zona designada o comportarse con mala educación con otros usuarios o trabajadores que están construyendo los senderos. Es importante ser considerado en los senderos, saber apreciar el trabajo que supone preparar el terreno y actuar con positivismo en todo momento.

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